NAVARRETE EL MUDO en MEDINA DE POMAR
NAVARRETE EL MUDO EN MEDINA DE POMAR
Jesús Manuel Moreno Montero
Sagrada familia con Santa Ana
Medidas desconocidas
Óleo/tabla
Convento de Sta. Clara
Medina de Pomar (Burgos)
La pintura
deriva compositivamente del esquema piramidal renacentista. Cromáticamente
sugiere una lejana influencia de Leonardo.
Estilísticamente
la podemos situar hacia mediados del siglo XVI.
De rasgos
fisiológicos son españoles, las figuras denotan una elegancia inusitada en la
pintura española de la época.
Algo más
evolucionado que el estilo de Yánez de la Almédina y Paolo de Santo Leocadio, esta pintura
está en un convento de Medina de Pomar, cerca de La Rioja (téngase en cuenta que
en el siglo XVI La Rioja
estaba, administrativamente, incluida en la provincia de Burgos, de donde era
Navarrete)
El patrón
iconográfico responde a los caracteres que, basados en los Evangelios
Apócrifos, describe a José como un anciano comprometido con María sin
cohabitar; a María como la bella y joven doncella, hija de una santa mujer, Ana,
la abuela de Jesús, el cual se inclina cariñosamente hacia ella, sostenido de
pie por su madre.
La escena
transcurre en el campo. Por el cayado de José, todo parece indicar un descanso
en el transcurso de un viaje.
El tratamiento pictórico, en
general, es bastante diluido.
El follaje está entendido de una
manera muy similar a como lo trataba El Mudo.
Podemos apreciar una forma redondeada
y blanda para el remate de las hojas, tal y como hizo Navarrete en Abraham y los tres ángeles y en San Bartolomé y Sto. Tomás.
La actitud general del grupo nos
recuerda a la Sagrada familia. Sobre todo por el grupo
piramidal de San Joaquín, Sta. Ana, María y Jesús. Especialmente en lo que hace
referencia a San Joaquín, aquí trocado en San José, por los rasgos físicos. Si
bien el San José de Medina de Pomar nos parece un retrato del mismo modelo que
se utilizara para retratar a Sto. Tomás (San
Bartolomé y Sto. Tomás. El Escorial) y cierta concomitancia con San Andrés
(Santiago y San Andrés. El Escorial)
Se puede objetar, no sin razón,
que dada la influencia que ejerció Navarrete en su tiempo, estas similitudes no
son extrañas en otros autores.
Lo que parece más esclarecedor
acerca de la autoría de la obra es la actitud de María al coger el pie del niño
entre los dedos de su mano, de forma muy similar a como lo hace en la Sagrada familia de El Escorial. Mientras con la otra mano sujeta al
niño por el muslo, poniendo un paño entre su mano y el cuerpo del bebé, también
en ambas obras.
El tipo físico de Sta. Ana es
prácticamente idéntico para ambas obras, e igual ocurre con el niño.
La obra es de una delicadeza y
elegancia en el dibujo verdaderamente excepcional en el contexto español de la
época. El estilo perteneciente al último Renacimiento ha hecho que la obra haya
sido atribuida a la escuela italiana.
El cromatismo empleado en esta
pintura es muy similar al empleado en la Sagrada familia de El Escorial. Podríamos
situar la obra en el contexto de su vuelta de Italia, hacia 1565. En todo caso
anterior a 1575, año de la Sagrada familia de El Escorial.
El hallazgo, si se confirma, es
de excepcional valor, dado el escaso número de obras documentas que se
conservan de Navarrete, un pintor de primera línea, puente entre el
Renacimiento y el Barroco en España, cuya influencia entre sus coetáneos y
artistas posteriores está bien documentada.
Granada, 1995
Hasta hoy, que reviso estas
anotaciones (julio 2007) sólo conozco esta obra por la ilustración de un
pequeño calendario editado por las hermanas clarisas, propietarias de ella. Si
no he intentado publicar estas observaciones, se debe a no haber tenido ocasión
de ir a ver la obra personalmente.
Nota: Las ilustraciones de las obras de Navarrete están
tomadas del catálogo de la exposición Navarrete “el Mudo” pintor de Felipe II.
Logroño, 1995.
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